Política

Estados Unidos es una república federal democrática. Los poderes están divididos en Ejecutivo, Legislativo y Judicial.
El poder ejecutivo está encabezado por el presidente o jefe del estado y el gobierno, y el vicepresidente. El gabinete es nombrado por el presidente con la aprobación del senado.
Las elecciones se deciden bajo la figura del Colegio Electoral, compuesto por representantes elegidos por cada estado. El presidente y vicepresidente cumplen períodos de 4 años, con opción a una reelección.
 
El poder legislativo está compuesto por un congreso bicameral, con dos ramas. El senado posee 100 escaños con dos miembros por cada estado, elegidos cada seis años. Los diputados o “House of Representatives” poseen 435 escaños y son nombrados por voto popular cada dos años.
 
El poder judicial está representado por la Corte Suprema. Sus nueve jueces son designados de por vida por el presidente con la aprobación de los miembros del senado.
Los partidos políticos mayoritarios de Estados Unidos son el Democrático y el Republicano. Existen otros partidos y grupos de menor influencia política.
 
El esquema estadounidense difiere en gran medida del sistema parlamentario de otros países. En este caso, el presidente es electo por voto popular, al igual que los senadores y diputados. Sin embargo, la Corte Suprema es independiente de las otras dos ramas del ejecutivo. Es muy común ver que el presidente es de un partido, mientras que la mayoría del congreso es del partido contrario. El sistema funciona porque ninguno de los dos tiene el poder absoluto, lo que exige siempre revisión, control, compromiso y negociación para que ambas partes estén de acuerdo.
Los estados tienen una estructura similar a la del gobierno federal. El representante máximo es el gobernador. Cada estado tiene una ciudad capital donde se reúne la legislatura. Los estados están divididos en condados. La mayor parte de las ciudades son gobernadas por un alcalde.
 
Cada nivel del gobierno tiene sus propias áreas administrativas y de creación de leyes. El gobierno federal se reserva algunas leyes importantes, como por ejemplo en lo relativo a armamentos, impresión de dinero, pasaportes, patentes y derechos de autor. Sin embargo, en aspectos como títulos valores, transporte y vías públicas y algunas leyes criminales, tanto el gobierno federal como los estados, tienen sus propias leyes, las cuales pueden resultar en ocasiones complicadas y contradictorias.
Muchos consideran que la estructura del gobierno estadounidense es demasiado grande. Lo cierto es que todo habitante de esta gran nación tendrá que entenderse constantemente con el gobierno federal y local para asuntos tan sencillos como ampliar su casa, sacar una licencia de conducir, y por supuesto, pagar los impuestos.

 

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